viernes, 18 de noviembre de 2011

CONSEJO AMISTOSO A UN MONTON DE JOVENES























Vayan al Tibet. 
Monten en camello. 
Lean la biblia. 
Tiñan sus zapatos de azul. 
Dejense la barba. 
Den la vuelta al mundo en una 
Canoa de papel. 
Suscribanse al Saturday Evening 
Post. 
Mastiquen sólo por el lado izquierdo 
De la boca. 
Casense con una mujer que tenga 
Una sola pierna y afeitense con 
Navaja. 
Y graben sus nombres en el 
Brazo de ella. 
Lavense los dientes con gasolina. 
Duerman todo el día y trepen a los 
Árboles por la noche. 
Sean monjes y beban perdigones y 
Cerveza. 
Mantengan la cabeza bajo el agua y 
Toquen el violín. 
Bailen la danza del vientre delante 
De velas rosas. 
Maten a su perro. 
Presentense al Alcalde. 
Vivan en un barril. 
Partanse la cabeza con un hacha. 
Planten tulipanes bajo la lluvia. 
Pero no escriban poesía.





jueves, 29 de septiembre de 2011

Ritmo









Siempre hay una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una elevación y una caída manifestándose en todas las cosas y fenómenos del universo. 
Moles, mundos, hombres, animales, vegetales, minerales, energías, fuerzas, mente, y materia, y hasta el mismo espíritu manifiestan este principio. 
El principio se manifiesta en la creación y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la historia de la vida de todas las cosas y, finalmente, en los estados mentales del hombre.

Empezando por las manifestaciones del Espíritu -el TODO- se verá que siempre hay una Emanación, seguida de Absorción, «la respiración y la aspiración de Brahma», según dicen los brahmanes. 
Los universos se crean, alcanzan el punto más bajo de maternidad y entonces comienzan la oscilación de vuelta. Los soles nacen, alcanzan la cumbre de su poder, empieza el progreso de su retrogresión y después de eones sin cuento se convierten en muertas masas de materia, esperando otro impulso que imparta en ellos nuevas energías internas y que los lleve a un nuevo ciclo de vida solar. 
Y así sucede con todos los mundos: nacen, crecen y mueren, sólo para renacer de nuevo. 
E igualmente sucede con todas las cosas de cuerpo o forma: oscilan de la acción a la reacción, del nacimiento a la muerte, de la actividad a la inactividad, y de nuevo comienza el ciclo. 
Lo mismo pasa con todos los grandes movimientos filosóficos, credos de cualquier clase, gobiernos, naciones, etc.: nacen, crecen, llegan a su madurez, decaen, mueren, sólo para renacer de nuevo.





miércoles, 14 de septiembre de 2011

Polaridad














«Para destruir un grado de vibración no deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntre la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir. 
Lo no deseable se mata cambiando su polaridad.»





Ésta es una de las más importantes fórmulas herméticas 
y está basada sobre verdaderos principios científicos. 
Ya se indicó que un estado mental y su opuesto eran sencillamente dos polos de una misma cosa, y que mediante la transmutación mental esa polaridad podía ser invertida.
 Los modernos psicólogos conocen ese principio y lo aplican para disolver los hábitos no deseables, aconsejando a sus discípulos la concentración sobre la opuesta cualidad. 
Si uno tiene miedo, es inútil que pierda su tiempo tratando de matar el miedo, sino que debe cultivar el valor, y entonces el miedo desaparecerá. 
Algunos autores han expresado esta idea, ilustrándola con el ejemplo de una habitación oscura. 
No hay que perder el tiempo tratando de arrojar afuera a la oscuridad, sino que es muchísimo mejor abrir las ventanas y dejar entrar la luz, y la oscuridad desaparecerá por sí sola. 
Para matar una cualidad negativa es necesario concentrarse sobre el polo positivo de esa misma cualidad, y las vibraciones cambiarán gradualmente de negativas en positivas, hasta que finalmente se polarizará en el polo positivo, en vez de estarlo en el negativo. 
La inversa es también verdad, porque muchos han encontrado el dolor por haberse permitido vibrar demasiado constantemente en el polo negativo de las cosas.
 Cambiando la polaridad pueden dominarse las modalidades y estados mentales, rehaciendo toda la disposición propia y construyendo así el carácter. 
Mucha parte del dominio que los herméticos avanzados poseen sobre su mentalidad es debida a la inteligente aplicación de la polaridad, que es uno de los más importantes aspectos de la transmutación mental. 



viernes, 12 de agosto de 2011

YO NUNCA GUARDÉ REBAÑOS









Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a mi lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.

Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.

Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.

Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.

No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar sola.








lunes, 18 de julio de 2011

Si









Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y por ello te culpan,
si puedes confiar en ti cuando de ti todos dudan,
pero admites también sus dudas;
si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o ser mentido, no pagues con mentiras,
o ser odiado, no des lugar al odio,
y -aun- no parezcas demasiado bueno, ni demasiado sabio.

Si puedes soñar -y no hacer de los sueños tu maestro,
si puedes pensar -y no hacer de las ideas tu objetivo,
si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre
y tratar de la misma manera a los dos farsantes;
si puedes admitir la verdad que has dicho
engañado por bribones que hacen trampas para tontos.
O mirar las cosas que en tu vida has puesto, rotas,
y agacharte y reconstruirlas con herramientas viejas.

Si puedes arrinconar todas tus victorias
y arriesgarlas por un golpe de suerte,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir nada de lo que has perdido;
si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno tiempo después de que se hayan gastado.
Y así resistir cuando no te quede nada
excepto la Voluntad que les dice: «Resistid».


Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud,
o pasear con reyes y no perder el sentido común,
si los enemigos y los amigos no pueden herirte,
si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
si puedes llenar el minuto inolvidable
con los sesenta segundos que lo recorren.
Tuya es la Tierra y todo lo que en ella habita,
y -lo que es más-, serás Hombre, hijo.


lunes, 20 de junio de 2011








Deja de pensar, y finalizarán tus problemas.
¿Qué diferencia hay entre sí y no?.
¿Qué diferencia hay entre éxito y fracaso?.
¿Debes valorar lo que otros valoran, evitar lo que otros evitan?.
¡Que ridículo!

Los demás se agitan como si se hallaran ante un gran desfile.
Sólo yo me despreocupo, sólo yo permanezco inexpresivo
como un niño antes de descubrir la risa.

Otros tienen lo que necesitan;
sólo yo no poseo nada.
Sólo yo vago sin rumbo como alguien sin hogar.

Soy como un idiota, mi mente está vacía.
Otros brillan;
sólo yo soy oscuro.
Otros son agudos;
sólo yo soy lerdo.
Otros tienen ideas claras;
sólo yo ignoro.





lunes, 30 de mayo de 2011

La muerte de la imaginación









"Lo que más temo es la muerte de la imaginación"
Sylvia Plath

El corazón no tiene quien le escriba,
nadie se atreve a cruzar la noche remando
en la intemperie
( nadie se ve )
Y si no fue más que un amor negro, susurrante
que nada da,
el viaje más lejano fue el de mi cabeza
hacia su hombro
( el más inútil )

La rama golpea en la terraza
pero es solamente oscura. El miedo
se sienta a comer un pastel en la cocina
( y dice que es real )

¿Alguien pudo tocar a la desesperación?

Terciopelo, papel de diario, una lata oxidada,
no hay vacuna contra las superficies.

El mundo es un hueco tapado con barniz
( y no respira. )





martes, 3 de mayo de 2011

Salmos asesinados por Salmos
















Y sabrás, como es justo, que la naturaleza es una y la misma en todas partes,
para que no esperes lo que no hay que esperar,
ni nada quede oculto a tus ojos.

Conocerás a los hombres,
víctimas de los males que ellos mismos se imponen,
ciegos a los bienes que les rodean, que no oyen ni ven:
son pocos los que saben librarse de la desgracia.
Tal es el destino que estorba el espíritu de los mortales,
como cuentas infantiles ruedan de un lado a otro,
oprimidos por males innumerables:
porque sin advertirlo los castiga la Discordia,
su natural y triste compañera,
a la que no hay que provocar, sino cederle el paso y huir de ella.

¡Oh padre Zeus! ¡De cuántos males no librarías a los hombres
si tan sólo les hicieras ver a qué demonio obedecen!







martes, 12 de abril de 2011

EL DESIERTO DE ANZA-BORREGO








Ningún hombre se guió jamás por su genio hasta el punto de equivocarse. 
Aunque el resultado fuera la postración física, o incluso en el caso de que nadie pudiera afirmar que las consecuencias habían sido lamentables, para tales hombres existía una vida conforme a unos principios más elevados. Si recibes con alegría el día y la noche, si la vida despide la fragancia de las flores y las plantas aromáticas, si es más flexible, estrellada e inmortal, el mérito es tuyo. 
La naturaleza entera es tu recompensa, y has provocado por un instante que sea a ti mismo a quien bendiga. 
Los grandes logros y principios son muy difíciles de apreciar. Dudamos de su existencia con facilidad. 
Pronto los olvidamos. 
Pero son la más elevada de las realidades. La auténtica cosecha de la vida cotidiana es tan intangible e indescriptible como los matices de la mañana o la noche. 
Es como atrapar un poco de polvo de las estrellas o asir el fragmento de un arco iris.




miércoles, 6 de abril de 2011

Odio









El odio son las cosas que te gustaría hacer con el locutor deportivo
de la radio del vecino esos domingos por la tarde.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con el macaco de uniforme que sentencia -arma
al cinto- que el semáforo no estaba en ámbar, sino en rojo.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con el cívico paleto vestido de payaso
que te dice que no se permiten perros en el parque.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo por la calle
cuando vas cargado con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno para una estufa
que en cualquier caso no funciona.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con los automovilistas cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos alguien ha puesto
ese taladro de percusión.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.

El odio es una edición crítica de Góngora.

El odio son las campanas de la iglesia
en mañanas de resaca.

El odio es la familia.

El odio es un cajero que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria de comunicación con la central.

El odio es una abogada de oficio
aliándose con el representante de la ley
a las ocho de la mañana en una comisaría
mientras sufres un ataque de hipotermia.

El odio es una úlcera en un atasco.

El odio son las palomitas en el cine.

El odio es un cenicero atestado de cáscaras de pipa.

El odio es un teléfono.

El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.

El odio es una visita no solicitada.

El odio es un flautista aficionado.

El odio  en estado puro
es retroactivo, personal
e intransferible.

El odio es que un estúpido
no entienda tu incomprensión,
tu estupidez.

El odio son las cosas que te gustaría hacer
con este poema si tu pluma
valiera su pistola.




jueves, 31 de marzo de 2011

La Siesta








Si alguien me preguntara cuando un día
llegue al confín secreto : ¿qué es la tierra?
diría que un lugar en que hace frío
en el que el fuerte oprime, el débil llora,
y en el que como sombra, la injusticia,
va con su capa abierta recogiendo
el óbolo del rico y la tragedia
del desahuciado : un sitio abrupto.
Pero también diría que otras veces,
en claras situaciones alternantes,
cuando llega el estío y los países
parecen dispensar la somnolencia
de un no saber por qué se está cansado,
mientras vibra en lo alto, alucinante,
un cielo azul, los frutos se suceden
sobre las mesas blancas, y entornados
los ventanales, frescos de penumbra,
buscamos un rincón donde rendirnos
al dulce peso, entonces sí, diría
que la tierra es un bien irremplazable,
un fluido feliz, un toque absorto.
Como una tentación sin precedentes
hecha a la vez de ardor y de renuncia.
Una inmersión gustosa, un filtro lento.




jueves, 24 de marzo de 2011

Las relaciones peligrosas.







   

No es la soledad la mejor compañera para salir de la soledad pero, a veces, sólo por la soledad se deja de estar solo. El barullo siempre es una indelicadeza consigo mismo. La compañía inconveniente es la compañía molesta, aunque no se perciba hasta que no pasa algún tiempo. No importa la edad, ni el sexo, ni la belleza para la conveniencia. La inconveniencia puede provocarse por mil motivos que se resumen en uno: la falta de coherencia personal.

Los habitantes de la casa habían vivido momentos felices, sabedores de la compañía enriquecedora y satisfactoria. Por eso, cuando la coherencia vuelve esporádicamente a sus vidas, saben apreciarla. 
Pero no se habla ahora de las compañías convenientes, sino de las inconvenientes, que no suelen en su llegada descubrirse como tales, sino que se declaran por sorpresa, como una revelación, como un grito de fuera que llegase. Luego se manifiestan los misterios y muchas verdades, o todas, aunque la razón reafirme la intuición repentina.





jueves, 17 de marzo de 2011

Esperanza










Dormimos con la música del tiempo; despertamos, si alguna vez lo hacemos, con el silencio de Dios. Y entonces, cuando abrimos los ojos a orillas del tiempo no creado, cuando la deslumbrante oscuridad se abre paso a través de las lejanas colinas del tiempo, llega la hora de apartar cosas como nuestra razón o nuestra voluntad; llega la hora de regresar a casa. 

No existen los hechos, sino los pensamientos y el complicado vaivén del corazón, el lento aprendizaje sobre dónde, cuándo y a quién amar. El resto sólo son habladurías e historias para los tiempos venideros.






La Senda de la Estampida












    Un sombrío bosque de abetos se cernía amenazador sobre las márgenes del río helado. No hacía mucho que el viento había despojado a los árboles de su manto blanco, y éstos parecían arrimarse mutuamente bajo la agonizante luz del crepúsculo, negros como un mal presagio. Un vasto silencio reinaba sobre la tierra. La misma tierra era una desolación pura, sin vida ni movimiento, tan fría y desnuda que su espíritu no era siquiera el espíritu de la tristeza. Se insinuaba una especie de risa más terrible que cualquier tristeza: una risa amarga como la sonrisa de la Esfinge, una risa fría como la escarcha y que participaba de una siniestra infalibilidad. Era la magistral sabiduría de la eternidad que se reía de la futilidad y los inútiles esfuerzos de la vida. Era la naturaleza salvaje, el helado corazón de las tierras salvajes del Norte.





martes, 15 de marzo de 2011

El Verbo Ser











Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se sienta necesariamente a una mesa quitada en una terraza, de noche, a la orilla del mar. La desesperación es y no es el retorno de una serie de pequeños hechos como semillas que al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una piedra o el vaso de beber. Es un barco plagado de nieve, si queréis, como los pájaros que mueren y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña, delimitada por joyas de pelo. Es la desesperación. Un collar de perlas para el que no se sabría encontrar broche y cuya existencia no pende siquiera de un hilo, eso es la desesperación. Del resto no hablemos. Acabaríamos por desesperarnos si comenzáramos. Yo desespero del tragaluz hacia las cuatro, desespero del abanico hacia las doce, desespero del cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano permanece siempre ante la desesperación jadeando, ante la desesperación que los espejos jamás nos dicen si ha muerto. Vivo de esa desesperación que me encanta. Me gusta esa mosca azul que vuela por el cielo a la hora en que las estrellas canturrean. Conozco a grandes rasgos la desesperaci6n de los largos y frágiles asombros, la desesperaci6n de la soberbia, la desesperación de la ira. Me levanto todos los días como todo el mundo y extiendo los brazos sobre un papel de flores, no me acuerdo de nada, y siempre descubro con desesperaci6n los bellos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitaci6n es bello como unas baquetas de tambor. Forma un tiempo de tiempo. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento que me ayuda. ¡Se tendrá idea de semejante desesperación! ¡Fuego! Ah, vendrán otra vez... ¡Socorro! Helos ahí cayendo por la escalera... Y los anuncios de periódico, los letreros luminosos a lo largo del canal. A grandes rasgos la desesperación carece de importancia. Es un incordio de estrellas que de nuevo va a formar un día de menos, es un incordio de días de menos que de nuevo va a formar mi vida.








sábado, 12 de marzo de 2011

Dialogo









¿Quién eres tú?
¿Qué luz, bajo los párpados,
te llora?
¿Dónde estuviste?
¡Enséñame lo que has escrito!

Yo no le respondí,
no podía decir ni una palabra.
Había roto todos mis papeles,
por no haber encontrado
estrellas en las nubes de la tinta-

¿Qué luz, bajo los párpados,
te llora?
Dime, ¿dónde estuviste?


Y no le respondí.
La noche era una choza beduina.
Las lámparas,
la gente de la tribu.
Y yo, tan solamente
un sol enflaquecido,
bajo el cual la ancha tierra
había cambiado de sitio las colinas.
Mientras el descarriado se encontraba
con el largo camino.










viernes, 4 de marzo de 2011

Sin Sombra









Como tantas otras veces
pero ya nunca más
has de venir
de noche hasta mi cuarto
y mostrarme
el camino del cielo hacia la Isla.

Como tantas otras veces
no esperaré tu rostro tras el cristal
empañado de mi ventana
ni me sorprenderá tu sombra
revuelta entre mis calcetines, sombra
oculta bajo alguna camisa o en la raya
perfecta de un pantalón planchado.

Con el seguro azar indiferente,
hasta el próximo remordimiento, hasta la próxima
indefensión, nos despedimos.
Como tantas otras veces, pero ya nunca más.









viernes, 25 de febrero de 2011

Bajo una Pequeña Estrella.











Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce 
después para que parezcan ligeras.







martes, 22 de febrero de 2011

Fin del Ciclo








Las hojas caídas obstruyen el camino.
Imagino que soy el que no soy.
Aquí me estoy muy quieto.
Procuro no moverme
y ocupar el mínimo espacio.
Como si ya no estuviese allí.
El silencio es el original,
las palabras son la copia.




sábado, 19 de febrero de 2011

He aprendido a amar a los hombres...



«Reb Gaon»

                                                                                                                                                                  




He aprendido a amar a los hombres en el momento en que aspiraba,
con todas mis fuerzas, a ser amado.
     Así aman los judíos a los judíos .
     He aprendido a ser un hombre.
     He aprendido a hablar pomposamente del hombre.
     Así hablan los judíos de los judíos.
     Mis palabras, un día, se me hicieron extrañas, y me callé.
     « La historia de mi alma es la de las letras del alfabeto 
cuya forma ha hecho sensible a mis sentidos el camino
a través del espacio y el tiempo, hasta su unión en la palabra, 
a la hora y en el lugar previstos de mi nacimiento.
     Nunca estamos colocados, en relación con los demás ,
 a igual distancia del lenguaje, porque nos movemos de forma diferente
en esas regiones del corazón y del espíritu que abarcan los vocablos. 
Estamos cerca o lejos de la verdad de la palabra según la hayamos seguido al pasar
 o hayamos abandonado todo para sorprenderla.
     La palabra es virgen. He asistido a su despertar.
     La historia de mi alma es la historia apasionada de mi búsqueda del verbo, 
donde el universo es el premio de mi pensamiento.»